Con un día más en su programación y un cartel mucho más enfocado al electro, MUGAKO nos daba la bienvenida en un enclave idóneo para una gala de semejantes características; experimentación, arte, vanguardias, y un riesgo muy interesante que se saldó con un no tan positivo desenlace; una montaña rusa de sonoridad que acabó con un nefasto cierre del set que apuntaba a ser el más interesante de todo el line up.

Situado entre lo experimental y la música de club, entre el sentimiento y el baile, entre el talento y la inspiración; enfocado a un público mucho más adulto y experto donde su significado ha logrado sobrepasar los límites acústicos para llegar a agregar el componente emocional que la música nos concede. Reencuentros esperados o inesperados en un entorno cálido, donde conocer a personas con tu misma pasión pueden llegar a transformar 3 días lejos de tu tierra en un fin de semana en casa:

Crónica MUGAKO 2018

JUEVES 11:

Con las pilas totalmente cargadas y muchísimas ganas de agotarlas emprendimos hacia el museo lo más rápido que pudimos, el atasco de la operación salida retrasó bastante nuestra llegada, pero no marchitó la euforia que llevábamos dentro.

Agarrado a sus vinilos, Pervert fue el encargado de darnos la bienvenida al festival con una sesión que fluyó desde el electro más sólido hasta el industrial más siniestro. El jerarca del sello madrileño Analogical Force, logo visible en todo momento en los visuales, protagonizó una conexión magnífica con el público, que bailó al ritmo de temas como Antichance-1 de Regroup o Planet Wall de Sneaky Tim provocando una total sincronía entre dj y auditorio, puro deleite.

Los vinilos fueron sustituidos por la xone 92, y Pervert por los dos alemanes Barker & Baumecker. La sesión por su parte se convirtió en una mezcla refinada de temas de índole muy diversa, desarrollada enteramente entre los 120-125 bpms y con una profundidad que envolvió al Artium en una atmósfera muy mental, quizás demasiado sosegada para lo que habíamos bailado en el set anterior.

La primera parte de la noche había finalizado, y un poco desorientados emprendimos hacia la sala Jimmy Jazz, utilizada usualmente como sala de heavy y rock y con un aforo de unas 600 personas.

La vasca residente en Madrid Ope Loeb fue la encargada de abrir las puertas y, dejando a un lado la oscuridad y abstracción, cambió totalmente el curso de la noche metiéndonos poco a poco el Groove en el cuerpo; una sesión fluida entre el electro y el house que desorientó al personal tras las secuencias oscuras disfrutadas en el Artium. Pero llegó Yngryd y su EBM vertiginoso para devolver los ritmos ásperos a la sala. Con temas como “Abuse yourself” del Cubano-Americano Blush Response y muchos otros con toques Synth Wave dejó a un público sediento de bpms a su paso, y Borsek se aprovechó de ello. Una fabulosa selección guiada desde el techno más ecléctico hasta el industrial más abrasivo, dejándonos un magnífico sabor de boca del primer día del festival.

VIERNES DIA 12:

Skee Mask, gran conocido del Atonal de este año, inauguró el segundo día en el Artium con un estilo muy personal y adecuado a la temprana hora del festival. Una sesión armónica de beats potentes con predominancia del Drum and Bass, rodeada de visuales de arte expresionista abstracto que remitían continuamente a elementos sexuales. Muy elegante pero totalmente alejado de nuestros gustos musicales, por lo que decidimos salir por primera vez a la Sala Plaza, localizada en el acceso principal del museo. Alicia Carrera fue la delegada de baile del festival, la buena acústica, la terraza y la temperatura unido a los sonidos de tintes tribales y el buenrrollismo que se respiraba en el ambiente fueron los culpables de uno de los mejores momentos de la tarde. Y es que ni los viandantes quisieron perdérselo. Las inmediaciones del museo sirvieron a modo de balcón para niños, adultos y ancianos, que durante toda la sesión se mantuvieron atentos de la amalgama de beats intensos y melódicos lanzados por la catalana.

El alemán Shed fue el siguiente en apoderarse de la sala este del Artium, y, acompañado de su Xone92 y sus 3cdjs, comenzó su correctivo emocional a base de bajos metálicos, secuencias y arpegios, una delicia para los amantes de la oscuridad. DMX CREW y su live protagonizaron lo antagónico a su antecesor. El directo del británico creó algo de confusión en el auditorio, y es que la combinación de los sonidos ácidos y la predominancia del house y electro nada tenían que ver con la frescura industrial, veloz y densa del set anterior. Un equívoco de horarios en toda regla.

Alessandro Adriani, cabeza pensante del sello Mannequin Records fue el encargado de dar cierre a la primera tanda del viernes. El italiano, también conocido por su aka Newclear Waves hizo bailar al auditorio con todo tipo de estilos, con predominancia del New wave y del EBM, trayendo de nuevo la lobreguez arrebatada durante la sesión del británico. El remix de Komytea al “Keep On” de Supermodels From Paris y el famoso track de los Schwefelgelb “Das armellose hemd” fueron algunos de los temas que pudimos disfrutar durante su set.

Acabada la primera parte de la noche y tras un parón de una horita para cenar, nos movilizamos de nuevo, esta vez a la sala KUBIK, célebre emplazamiento rodeado de desprestigio que nos obligó a concienciarnos: el extraordinario sonido del museo, en el museo se quedaría.

Los residentes de Herrensauna fueron los protagonistas de la noche; 5h de set a vinilo en el que la selección musical de ambos fue tan dispar que no terminó de fluir; techno en todas sus vertientes por parte de Héctor, quien sobresalió en todo momento, y trance, Drum and Bass y electro por parte de Cem, quien quizás no fue capaz de interpretar adecuadamente las necesidades del público, que enloquecía con cada track que Oaks seleccionaba.

Las ganas de más propias de adeptos a festivales de muchísimas horas nos invadieron, por lo que movilizamos el campamento a un skatepark indoor convertido en after, donde la esencia del Mugako seguía latente. Un quarter central era el emplazamiento perfecto para los technics de los djs, cuya selección al igual que en el festival giró en torno al electro.

SÁBADO DÍA 13.

Tras la maratón del día anterior se nos hizo bastante difícil levantarnos de la cama, pero una de las mayores peculiaridades del festival era su temprano arranque asique rápidamente nos activamos y fuimos a por todas.

P.E.A.R.L. llegó como un soplo de aire fresco. El santanderino afincado en Berlín demostró una vez más por qué es uno de los grandes de Pole. Con temas propios como Avarice, o ajenos como Fisr de los grandes BMB, movió los cimientos del Artium durante una hora y media, entrando de lleno en nuestro TOP3.

Crónica MUGAKO 2018

Seguidamente Morphology volvió a los platos supliendo al gran Mick Harris AKA Fret, un golpe muy duro que fue correctamente subsanado por una sesión muy fresca y refinada en la que el Groove y el baile contagiaron el ambiente. Mientras tanto, J.C. en la sala Plaza dejaba entrever su inmensa variedad selectiva con una sesión que transcurrió hacia el techno, el acid y el electro. Ascion por su parte centró su set en sonidos rotos a poca velocidad donde pudimos escuchar bastantes temas de su álbum Joy Dexon Club. Una sesión que quedó totalmente eclipsada por la maravilla de visuales que le acompañaban, de los mejores que he visto en mi vida. Mi más sincera enhorabuena al/la artista.

La pista comenzó a desalojarse tras el paso del italiano, y es que llegaba el plato principal de la noche, el dúo alemán difícilmente pronunciable Schwefelgelb entraba en escena y nadie quería perdérselo. Hasta el momento no había visto ni una sola cola, ya fuese en el baño en las barras o a las entradas o salidas, fue con la prueba de sonido de los de Aufnahme cuando apareció la primera aglomeración.

Tras 15 minutos de espera, entramos. La sobriedad de la puesta en escena que más los caracteriza se repitió como de costumbre; mesa girada, y estilo comedido de ambos, que rompió los esquemas de la delicadeza con el primer track lanzado, “Fokus”, haciendo enloquecer a un auditorio ansioso de EBM. Micrófono en mano y con una especie de batería electrónica, crearon una atmósfera muy tétrica, que se intensificó con la llegada de un actor performance cuya sombra se reflejaba en todo el auditorio. Un auténtico espectáculo.

La noche en el museo llegaba a su fin, y a falta de Blawan, bueno fue Ruskin. El británico tardó lo que el altavoz en sonar en demostrarnos que no echaríamos de menos a su compatriota. Y es que no necesitó ni un track entero para demostrar su maestría; una sesión espléndida a gran velocidad en la que el techno de Birmingham de los 90 fue el principal protagonista. Llegó el último y de rebote, sí. Pero eclipsó de una manera sobrenatural a todos los demás.

Tras el buen sabor de boca y el magnífico dolor de espalda que sientes tras una buena dosis de bpms salimos a la zona de descanso, totalmente abarrotada de gente que al igual que nosotros necesitaba un respiro. Y es que ¿quién necesita gimnasio teniendo sesiones como esta? Ruskin fue “our workout”, y nada de lo que viniese después iba a poder superarlo.

Para poder explicar bien la sesión que vino a continuación, las 5h de B2B de Avalon Emerson y JASSS, necesito antes transportaros a una casa. Una habitación con mesas, altavoces y probablemente algo de cerveza. ¿Estáis ahí? Bien, pues allí es donde, sin comerlo ni beberlo, nos llevaron.

Decidieron que el mood en el que nos encontrábamos no era lo suficientemente bueno como para dejarnos ahí disfrutando, y con esas teletransportaron el festival a una Jam casera con risas, selfies y besos en la que ellas eran las únicas protagonistas. No, no estoy exagerando, y quien estuvo allí, sabe de lo que hablo.

Un B2B debe de ser una sesión en la que ambas partes se fusionan en forma de engranaje para crear una atmósfera en la que fluir por medio de la selección de dos personas, sea fácil. O al menos eso es lo que yo interpreto como un buen B2B. Esto, fue una Jam de dos amigas un domingo por la tarde.

El lanzamiento de temas totalmente dispares alejados en todo momento de una línea común provocó la indignación de una gran parte de los asistentes, que entraron en cólera al no poder bailar dos temas seguidos por la disimilitud entre ellos. La mejor manera de explicar lo que vivimos es ejemplificando la heterogeneidad del set; JASSS se mantuvo en todo momento entre el techno, el EBM y electro, mientras que Avalon se enganchó al electro y al house más soporífero, con algún tema de pop. ¿Imagináis estar bailando el Revolve de Slam, y que el siguiente tema sea Anaconda de Nicky Minaj? Pues, aunque parezca inverosímil, pasó.

La pista fue vaciándose a medida que la noche avanzaba, hasta llegar a estar prácticamente vacía minutos antes de que el set acabase, algo inconcebible para un público español experimentado y acostumbrado a festivales de muchas más horas. Y es que solo los dueños de los afters de Vitoria acabaron más enfadados que yo, pues fueron los que sufrieron económicamente el paso de las dos amigas al ver sus clubs totalmente vacíos.

El mal sabor de boca que nos dejaron la asturiana y la americana fue algo que nos persiguió durante el retorno a casa, pero no fue suficiente para arruinar la esencia del festival. Un festival cuidado hasta el último detalle con una organización extraordinaria, un line up exquisito, un emplazamiento magnífico, unos precios muy moderados y un público formidable, que se merecía el mejor de los cierres con la mejor de las ovaciones.

Hasta el año que viene y todos los que vengan.

Eskerrik asko Mugako

Ana Niveiro
(Periodista en MUTTED)

Fotos via: Captcha

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